El tapón metálico porta con honor y respeto el águila imperial del Escudo Nacional vigente en el ocaso de la época del Porfiriato (1890 – 1909), precisamente al tiempo del ingreso del entonces cadete Enrique Gorostieta al Heroico Colegio Militar.
Despliega el águila de frente con las alas abiertas, la serpiente, la cinta tricolor, el nopal y las tunas, así como las ramas de encino y laurel.
Cuenta con tintes de influencia francesa – germánica, propios de la época y es el mismo escudo que corona el mausoleo del General Porfirio Díaz Mori en París, Francia.
Más allá de la época, nos hace recordar todas las batallas que nuestro país ha librado para llegar a ser la nación que es hoy, y es un mensaje al mundo del orgullo y fortaleza de nuestros símbolos nacionales.